Lean el cuento: Tres gatos y un
paraguas, de Alejandra Erbiti
1.
El primer gato era alto y flaco.
El segundo gato era bajo y gordo.
El tercer gato era mediano.
El cuarto gato estaba desmayado.
2.
— ¿Quién fue? —preguntó el comisario
Bigotes.
—Yo no —dijo el primer gato.
—Yo tampoco —dijo el segundo gato.
—Ni yo —dijo el tercer gato.
El cuarto gato no dijo nada porque estaba
desmayado.
3.
El detective Morrongo Carrillo observó a los
cuatro gatos, muy de cerca, con su lupa.
El primer gato tenía una oreja mojada.
El segundo gato también tenía una oreja
mojada.
El tercer gato estaba seco en el lomo y
tenía la cola y las dos orejas mojadas.
El cuarto gato estaba hecho sopa.
4.
—¿Qué hacían en esa esquina? —preguntó el
comisario Bigotes.
—Esperábamos un taxi —dijo el primer gato.
—Llovía muchísimo —dijo el segundo gato.
—¡Cómo llovía!—dijo el tercer gato.
El cuarto gato seguía desmayado.
5.
—¿Quién vio lo que pasó? —preguntó el
detective Morrongo Carrillo.
—Yo miraba hacia el Norte —dijo el primer
gato.
—Yo miraba hacia el Sur —dijo el segundo
gato.
—Yo miraba hacia el Este —dijo el tercer
gato.
El cuarto gato estaba desmayado. Se desmayó
mirando al Oeste.
6.
—¿Quién sostenía el paraguas? —preguntó el
comisario Bigotes.
—Yo no —dijo el primer gato.
—Yo soy bajo y gordo —dijo el segundo gato.
—El paraguas era chico —dijo el tercer gato.
El cuarto gato no dijo nada. Tenía un
tomatazo en la cabeza.
7.
—¿Quién oyó el tomatazo? —preguntó el
detective Morrongo Carrillo.
—Yo soy un poco sordo —dijo el primer gato.
—Era una noche ruidosa —dijo el segundo
gato.
—¡Llovía y tronaba! —dijo el tercer gato.
8.
El cuarto gato no podía oír nada porque
estaba desmayado de un tomatazo.
—¿Cuándo se desmayó el desmayado? —preguntó
el comisario Bigotes.
—Cuando acabó de llover —dijo el primer
gato.
—Cuando acabó de tronar —dijo el segundo
gato.
—Cuando acabó de desmayarse —dijo el tercer
gato.
9.
—¿Qué hicieron entonces? —preguntó detective
Morrongo Carrillo.
—Yo maullé pidiendo socorro —dijo el primer
gato.FICHA 6 (continuación)
ALUMNO/QUINTO GRADO
—Yo me puse a ronronear del susto —dijo el
segundo gato.
—Yo quise hablar con el desmayado —dijo el
tercer gato.
Pero el desmayado no le dirigió la palabra.
10.
—Entonces, ¿qué hicieron? —preguntó el
comisario Bigotes.
—Yo exclamé: ¡qué mala suerte! —dijo el
primer gato.
—Yo cerré el paraguas —dijo el segundo gato.
—Yo lo traje corriendo hasta aquí —dijo el
tercer gato.
El desmayado estaba desmayado.
11.
—¡Usted lo desmayó de un tomatazo! —acusó el
detective Morrongo Carrillo.
—¿Yo, señor? —preguntó el primer gato.
—No, señor —dijo el detective Morrongo
Carrillo.
—¿Yo, señor? —preguntó el segundo gato.
—No, señor —dijo el detective Morrongo
Carrillo.
—¿Yo, señor? —preguntó el tercer gato.
—¡Sí, señor! —dijo el detective Morrongo
Carrillo.
12.
—Uno de ustedes arrojó el tomatazo y el otro
se desmayó. Los otros dos gatos no vieron nada —dijo el detective
Morrongo Carrillo—. Uno miraba al Norte,
otro al Este, otro al Sur y el tomateado se desmayó mirando al
Oeste. Estaban esperando un taxi, la noche
era tormentosa. El paraguas era chico y ustedes eran cuatro.
Mientras esperaban, la lluvia les mojó las
orejas: a uno la izquierda y a otro la derecha. El gato que miraba al Norte y
el que miraba al Sur no tenían que darse vuelta para arrojarle un tomatazo al
gato que miraba al Oeste. Les bastaba mover el brazo izquierdo o el derecho a
un costado. El gato que miraba al Este, en cambio, tenía que darse vuelta del
todo, porque estaba de espaldas a la víctima. Pero al darse vuelta, se le mojó
la cola. Ahora tiene el lomo seco mientras que las dos orejas y la cola están
empapadas. Como el paraguas era chico, a los otros dos gatos se les mojó
solamente la oreja que les quedaba afuera y no se mojaron las colas, porque
cuando se dieron vuelta para mirar al desmayado, ¡justo había dejado de llover!
Y el gato desmayado está totalmente mojado porque cuando le zamparon el
tomatazo, se desparramó sobre la calle encharcada.
Reporte final:
“El bandido usó un tomate maduro y de grueso
calibre, un tomatón, como quien dice, un tomatote enorme de esos que usan
algunos para jugar al fútbol cuando no tienen pelota y que algunas señoras
llevan en sus carteras por si les da hambre o se tienen que defender de algún
asaltante.
La explosión del tomate contra la cabeza de
la víctima se confundió con los truenos (esa noche hubo una tormenta eléctrica
que mamita querida). Pero el tercer gato tuvo que localizar en la oscuridad el
mejor lugar donde estrellar semejante tomatón: la nuca de su víctima. Pero,
como todos saben, los gatos son muy hábiles aun en la oscuridad. En esos pocos
segundos, el fuerte chaparrón le empapó la cola. Él es el único gato que tiene
la cola mojada. Por lo tanto ¡es el culpable!”.
Actividades de
comprensión
Lean el cuento y tomen
nota de sus impresiones para compartirlas luego con la clase.
1.
¿Cuál es el enigma que
se debe resolver?
2.
¿Quiénes son los
posibles culpables? Hagan un esquema que muestre todos los sospechosos y
sus relaciones.
3.
¿Cuántos investigadores
se ocupan del caso? ¿Quién resuelve el delito?
4.
¿Cómo logra el
detective descubrir al culpable? ¿Quién es? ¿Se sabe por qué cometió ese
delito?
5.
¿Qué castigo recibe el
culpable?
6.
¿Recibe alguna
recompensa el detective?
Actividades de
ortografía
1-
Extrae expresiones del
texto donde reconozcan adjetivos,
conectores y sobre el uso de la coma. Pueden usar los tableros móviles de adjetivos, el de
conectores y el de uso de las comas.
Por ejemplo:
Tercer: “tercer gato”: adjetivo-numeral: ordinal
Entonces: Entonces,
¿qué hicieron? : Conector temporal
Mientras esperaban, la lluvia les mojó las orejas: Separar
partes de la oración que funcionan como complementos circunstanciales (tiempo,
lugar, modo, etc.) y que van al comienzo
2-
Extrae del texto ejemplos de sustantivos
comunes abstractos, concretos y palabras
agudas, graves y esdrújulas..
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